Vais a alucinar con lo que os traigo hoy, o
por lo menos yo flipé mientras lo estaba haciendo.
La semana pasada una compañera de clase me
hizo un pedido de dos cupcakes para regalárselos a una amiga por su cumple, yo
encantada de preparar un pedido nuevo y en mi cabeza ya empezaba a barajar las
recetas que podía prepararle y en qué momento iba a hacerlos entre charlas y
clases.
Hasta que me llegó otro mensaje: “puedes
decorarlos con motivos de Arale”
Ding, ding, ding, ding, ¡PREMIO!
En ese momento mi cabeza de hormiga loca ya se
puso en marcha y atosigué a los que estaban a mi alrededor con… “podría
hacerlos rosas”, “podría decorarlos como la merdiña”, “hasta podría hacerle
ojos a la buttercream para personalizarla”, “podría hacer a Son goku con Arale
con fondant”,…. Y así repasando todos los capítulos que había visto de pequeña
en el Xabarin de Arale.
Con todas esas posibilidades en mi cabeza me
puse manos a la obra. Preparé la receta básica de cupcakes de vainilla y
chocolate ante las babas de todos mis compañeros de residencia que en ese
momento estaban por la cocina.
Para la buttercream quise probar algo nuevo.
Buttercream de chocolate blanco.
250 g mantequilla temperatura ambiente
300 g de icing sugar
100 g de chocolate blanco
Primero troceamos la tableta de chocolate y la metemos un minuto en el
micro para que se derrita. Mucho cuidado que este chocolate es caprichoso y si nos
pasamos le salen unos grumos muy poco apetecibles que nos chafan toda la
tableta.
Lo dejamos enfriar mientras vamos mezclando la mantequilla con el azúcar.
Primero a velocidad lenta si no crearemos nuestra propia nevada en la cocina y
luego cuando ya esté un poco integrado subimos velocidad.
Cuando el chocolate esté casi frío, lo añadimos a la mezcla poco a poco
y batimos un minuto más, hasta que la mezcla tenga una consistencia como de
helado.
En este punto es cuando metes una cucharadita y pruebas a ver qué tal
está y se te cae la boca de placer…. Declaro esta buttercream como mi preferida y declaro que intentaré meterla en todo postre que tenga
oportunidad.
Señalar que no es la más consistente para hacer decoración con la manga
pero vale la pena por lo rica que está. Ese fue mi problema cuando quise hacer
la “merdiña” con la manga…. Se me escurría asique improvisé y me decidí a
decorarla como si fuera esa decoración pero jugando con el frosting, haciéndolo
bicolor.
Para rematarlo, los decoré con unos toppers de Arele y su merdiña
sonriente. Además, para poder transportarlos mi novio que es un manitas me hizo
una caja con dos separadores ¡a mano!, la verdad es que quedó increíble.
La verdad es que yo quedé encantada de como quedaron los cupcakes, y
espero tener noticias pronto de la cumpleañera con su opinión.
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